domingo, 12 de agosto de 2012

Volcanes no tan secretos

   Lanzarote es la isla de los volcanes y por ello no podemos dejar de conocer alguno de ellos. Cuando visitamos Timanfaya y hacemos la excursión en el autobús por el parque, vemos sitios absolutamente maravillosos y espectaculares pero nos quedamos con una sensación de perfección que lo hace un poco irreal. Con esto no quiero decir que no se visiten las montañas del Fuego, no, es un espectáculo único, es más, nadie debería irse de la isla sin visitarlo, pero creo que también es interesante conocer otros volcanes más de andar por casa, con picón y malpais, desorden y imperfecciones, en los que disfrutar imaginando como fue la erupción, por que tiene esa forma, porque el color de esas piedras....




   Hoy la excursión que propongo son tres excursiones diferentes, situadas en menos de tres km. a los lados de la de la carretera que va de La Geria a Tiguatón y Tinajo. Muchos ya habrán adivinado que hablo del volcán del Cuervo o de las Lapas y alguno también imaginará que la segunda excursión es dar la vuelta a Caldera Colorada y la tercera... bueno, ya llegaremos.


   Empecemos pues por la primera. Si vamos por la carretera de La Geria y cogemos la desviación a Tinajo  a poco más de un km. tenemos los muros que anuncian la salida del municipio de Tías para entrar en el de Tinajo. Justo ahí empieza nuestra excursión y además suele haber sitio para dejar el coche (si no lo hay, a unos 200 metros tenemos una explanada donde dejarlo). Un camino amplio recubierto de picón (gravilla) sale justo de esta zona y se dirige a nuestro destino el Volcán del Cuervo o de Las Lapas.



   El camino es bueno y nos lleva por una zona volcánica de malpaís, con gran cantidad de pequeñas cuevas volcánicas y jameos y rocas con rarísimas formas entre las que podemos encontrar cierta flora propia de esta zona como las auligas o las tabaibas.

   Si continuamos unos 1500 metros por este camino llegaremos al pie de volcán del Cuervo (Al parecer el nombre original es Caldera de Los Cuervos aunque oficialmente ahora tiene este nombre), donde nos encontraremos con un camino que, a un nivel inferior al del suelo, nos lleva bordeando el volcán hasta llegar a la entrada del mismo. Es un camino sugestivo por lo diferente y por la sensación de soledad que provoca al estar  rodeado de la negrura de la ladera de picón y ceniza volcánica a un lado y de la pared que se forma al ir por debajo del malpais.

   Al rodear un cuarto del volcán llegamos a la entrada del mismo. A diferencia del resto de los volcanes, para entrar en éste tenemos que bajar. Un corte en la pared nos permite acceder al mismo sin necesidad de subir hasta la cima.

   Este volcán fue, al parecer, el que inició las erupciones de 1.730 que duraron 6 años por lo que podemos ponerle fecha y hora exacta a la erupción ya que es el que nombra el Párroco de Yaiza en su descripción del comienzo de dichas erupciones:

   “El primero de septiembre de 1730 entre las nueve  y las diez de la noche la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montana se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diecinueve días.

   Pocos días después un nuevo abismo se formó y un torrente de lava se precipitó sobre Timanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca. La lava se extendió sobre los lugares hacia el norte, al principio con tanta rapidez como el agua, pero bien pronto su velocidad se aminoró y corría más bien espeso como la miel. Pero el 7 de septiembre una roca de considerable tamaño se levantó del seno de la tierra con un ruido parecido al trueno, y por su presión forzó la lava, que desde el principio se dirigía hacia el norte, a cambiar de camino y dirigirse hacia el NO y ONO. La masa de lava llegó y destruyó en un instante los lugares de Maretas y de Santa Catalina, situados en el valle.”

   El interior del volcán es sorprendente, los diferentes colores de las rocas nos indican los minerales predominantes en el momento de la erupción y su extensión nos hace intuir 2 bocas diferentes, ya que como indica la crónica del mencionado párroco  hubo una segunda explosión en la que salió despedida con gran fuerza una inmensa roca y que bien pudiera ser una mole rocosa situada a unos 150 metros frente la entrada al volcán.

   La belleza y fuerza de este lugar hace que haya acogido multitud de eventos: Aquí se han organizado conciertos, Saramago, que tenía una especial relación con este volcán y concedió varias entrevistas en él, no es difícil encontrarse grupos practicando técnicas orientales de relajación...

   La estancia en el volcán invita a la meditación. El saber que hace menos de 300 años todo aquello salto repentinamente por los aires suena sugerente y hace pensar en insignificancia de nuestra existencia.

   Terminada la primera parte de nuestra excursión, volvamos al coche y adelantemos un kilometro por la misma carretera. A la derecha encontraremos la entrada a una explanada al pie de un volcán. Es el volcán Caldera Colorada y preparémonos para una lección de vulcanología.

   Un camino nos conduce alrededor del volcán con carteles cada pocos metros que, aprovechando el entorno, nos van explicándonos los conceptos básicos de la vulcanología y más exactamente la vulcanología de Lanzarote y de las islas Canarias. El camino es cómodo y agradable y el diferente colorido de la caldera nos atraerá como un imán. Del rojo intenso se pasa al negro azabache. El picón y el malpais están salpicados por inmensas bombas volcánicas.

   A lo largo del camino se nos irán mostrando cuales son los diferentes volcanes que nos rodean, cuales pertenecen a las explosiones de 1.730-1736 y cuales son anteriores y se mantuvieron como islas (por ello se llaman islotes) en el mar de lava que desoló estas tierras. Podremos ver la cadena de volcanes, en perfecta línea recta, que van de Timanfaya a Mancha Blanca o aprender porqué algunos volcanes no son simétricos.

   Después de este agradable e instructivo paseo  podemos dejar el coche en este lugar, cruzar la carretera y seguir un centenar de metros hasta encontrar un camino que nos llevará hasta la Caldera de Santa Bárbara, lugar curioso donde los haya.

   Este volcán se caracteriza por la cantidad de bocas volcánicas que tiene. Si seguimos el camino nos encontraremos con las 2 más importantes, bueno las 3 porque en la boca superior son realmente 2 bocas diferentes. El camino es cuesta arriba y el llegar hasta la boca superior se hace algo complicado por el resbaladizo picón que hace que demos un paso para adelante y medio para atrás. Pero el pequeño esfuerzo merece la pena. Las cuevas que se adentran en las entrañas de la caldera imponen respeto y se hecha de menos el no ser mas ducho en espeleología, para poder hacer una incursión que, al menos desde fuera, promete una aventura preciosa.

Un camino sobre el picón nos permite subir a la cima del volcán y poder ver no solo las entrañas de la caldera sino también una vista espectacular de las montañas de fuego y el mar por los 2 lados de la isla.

Hemos entrado en un volcán, hemos rodeado otro y hemos ascendido a un tercero, sin olvidar nuestro aprendizaje sobre la vulcanología básica por lo que creo que nos merecemos un buen aperitivo regado con vino de la tierra, y para ello sugiero 2 sitios, o bien las cercanas bodegas El Grifo en Masdache donde acompañar un malvasía Colección o incluso un cava local con un poco de queso, o bien seguir la carretera de La Geria hacia Yaiza y subir al Chupadero (justo antes de llegar a las bodegas Stratus), un fantástico bar restaurante donde podremos tomar algo con unas fantásticas vistas a esos especiales viñedos que adornan esta tierra.